Política de Cookies

El sitio web de la Universidad de Cádiz utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis de uso y medición del tráfico, así como permitir el correcto funcionamiento en redes sociales, y de este modo poder mejorar su experiencia de navegación.

Si desea configurar las cookies, pulse el botón Personalizar Cookies. También puede acceder a la configuración de cookies en cualquier momento desde el enlace correspondiente en el pie de página.

Para obtener más información sobre las cookies puede consultar la Política de cookies del sitio web de la Universidad de Cádiz.

Personalización de Cookies

El sitio web de la Universidad de Cádiz utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis de uso y medición del tráfico, así como permitir el correcto funcionamiento en redes sociales, y de este modo poder mejorar su experiencia de navegación.

Para obtener más información sobre las cookies puede consultar la Política de cookies del sitio web de la Universidad de Cádiz. También puede acceder a la configuración de cookies en cualquier momento desde el enlace correspondiente en el pie de página.

A continuación podrá configurar las cookies del sitio web según su finalidad:

  • Análisis estadístico

    En este sitio se utilizan cookies de terceros (Google Analytics) que permiten cuantificar el número de usuarios de forma anónima (nunca se obtendrán datos personales que permitan identificar al usuario) y así poder analizar la utilización que hacen los usuarios del nuestro servicio, a fin de mejorar la experiencia de navegación y ofrecer nuestros contenidos de manera óptima.

  • Redes sociales

    En este sitio web se utilizan cookies de terceros que permiten el correcto funcionamiento de algunas redes sociales (principalmente Youtube y Twitter) sin utilizar ningún dato personal del usuario.

UniversidaddeCádiz
Título línea 1 Título línea 2

Osito Alfonso

En un museo de ositos de peluche “Teddy Bears of Witney” (Inglaterra) hay un juguete muy interesante que atrae mucha atención del público. Es un osito de mohair rojo vestido en un traje tradicional ruso. En 1989 Ian Pout, coleccionista y fundador del museo, compró este osito en una subasta pública en Lóndres. Se tuvo que enfrentar con otro coleccionista que estaba dispuesto a pagar cualquier precio por ganar el osito. Al final Ian ganó la batalla al ofrecer   12.100 libras. El hecho tuvo mucha repercusión en la prensa: los periodistas empezaron a interesarse por el osito y su dueño. Fue entonces cuando salió a luz la historia conmovedora del juguete.

La historia empezó en 1908 cuando Gran Príncipe Georgio (primo de Alejandro III de Rusia – padre del último zar ruso Nicolás II) viajando por Alemania visitó Giengen, la ciudad donde se encontraba la fábrica “Steiff” que producía ositos de peluche que podían mover las patas. Los ositos así eran nuevos (fueron creados en 1902) e iban ganando la fama en toda Europa. El Gran Príncipe eligió un osito especial para su hija y se lo regaló en las Navidades. La pequeña princesa Xenia que tenía solo 5 años se enamoró del osito enseguida. Xneia lo nombró Alfonso y su niñera le hizo un traje en el estilo ruso.

En julio de 1914 Xenia con su madre y hermana fueron a Inglaterra a visitar a los reyes ingleses que eran sus parientes. Cuando se estalló la guerra en Europa la madre se vio obligada a quedarse en Inglaterra: era muy peligroso moverse por Europa. El padre de Xenia, Gran Príncipe Georgio, era general y luchaba en el frente. En 1917 se complicó la situación en Rusia, comenzó la revolución. Los aristócratas nunca más podrían volver a Rusia. Al enterarse del fusilamiento de la familia real (la familia de Nicolás II de Rusia), Gran Príncipe Georgio quería exiliarse para reunirse con su familia en Inglaterra, pero fue encarcelado y fusilado en febrero de 1918.

Princesa Xenia quería mucho a su padre y el único recuerdo que se le quedó de él y de la vida feliz en Rusia era osito Alfonso. Xenia nunca se separó de él. Vivió toda su vida en el extranjero – en Inglaterra y Estados Unidos. En 1921 cuando tenía 18 años se casó con hijo de un magnate estadounidense. En 1925 dio luz a su única hija Nancy.

Cuando la princesa murió en 1965 su hija heredó Alfonso. Ella lo guardó durante 24 años hasta que en 1989 decidió venderlo en una subasta pública. Fue entonces cuando lo compró Ian Pout. A través de la casa de subastas el coleccionista averiguó quien era el dueño anterior del osito (Nancy lo puso en venta de forma anónima) y le escribí una carta para solicitar más información sobre el osito. Se sorprendió mucha cuando recibió la respuesta de Nancy. En unas cartas Nancy le contó a Ian la historia de su madre y su osito de peluche. Basándose en estas cartas Ian Pout escribió un libro sobre Alfonso y su dueña “The Alfonzo story”.

Antes de acabar en el museo Alfonso viajó por el mundo: visitó exposiciones en Japón, Estados Unidos, Alemania y por supuesto Ian lo llevó a la Rusia.

Para celebrar su centenario en 2008 la fábrica “Steiff” produjo una colección de réplicas de Alfonso. La colección cuenta con 1908 ositos hechos en el estilo anticuario como si estuvieran tan gastados como Alfonso original. Ian se le envió una réplica a Nancy que después le escribió una carta:

“Cuando volví de mi viaje por Rusia, lo encontré en la mesa de mi despacho. Era maravilloso, tenía la misma ropa como cuando me dejó…pero después entendí que era solo una réplica de muy alta calidad porque no tenía esta pequeña calvicie de muchos besos que le había dado mi madre.”